La actualización continua será esencial para garantizar un empleo sostenible

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OBS Business School publica el informe La empleabilidad en el futuro mundo del trabajo dirigido por el profesor Rodolfo Álvarez. En él se analizan las habilidades que deberemos desarrollar para poder ser empleables durante toda nuestra carrera profesional.

 

Desde el inicio del siglo XXI hemos afrontado crisis institucionales, económicas, sociales y bélicas que han supuesto un cambio de mentalidad acelerado para poder adaptarnos a lo que el entorno nos iba imponiendo. En el ámbito corporativo la evolución ha sido similar, y las organizaciones han tenido que aprender a innovar para lograr que sus modelos de negocio puedan ser competitivos en el mercado. Ello ha impactado de forma directa en el rol y la contribución de las personas a las organizaciones, cuyas competencias, habilidades y conocimientos han tenido que ir evolucionando.

 

La Inteligencia Artificial pone en riesgo algunos empleos de cuello blanco

El modelo tradicional de carrera profesional, en el que las dos primeras décadas de nuestra vida estaban dedicadas a adquirir conocimientos para después ingresar en el mundo profesional, ha dejado de ser viable en la compleja realidad del actual mundo del trabajo. Ya no es posible asegurar que una empresa concreta, un sector específico o una profesión determinada existirá a lo largo de toda nuestra vida profesional. De hecho, todo indica que probablemente no sea así.

 

Se prevé que buena parte de las profesiones actuales no existirán en el futuro. Pero si hasta ahora veíamos cómo los sectores productivos como las industrias de hospedaje, alimentación, manufactura, agrícola, logística y comercio al por menor eran las que tenían mayor potencial de ser automatizadas; mientras que la educación, la gestión empresarial, los roles especialistas, de tecnología de la información y la atención médica se identificaban como sectores con un menor potencial de automatizarse, ahora, con el avance de la Inteligencia Artificial y la aparición de herramientas como el ChatGPT, esto ha cambiado. El informe afirma que hay puestos de cuello blanco, como los vinculados con la programación o el desarrollo de código informático, analistas de datos o programadores de software que son ya potencialmente amortizables, como también algunas profesiones consideradas creativas como el periodismo, la escritura o el asesoramiento y la defensa jurídica. La inteligencia artificial será capaz en un futuro cercano de desarrollar algunas de las tareas encomendadas a día de hoy a perfiles de alta cualificación; tareas realizadas por profesionales con estudios superiores, incluso con estudios de posgrado en líneas de economía o de ingeniería. Algo que era impensable hasta la fecha, lo que evidencia que ningún tipo de trabajo está libre de ser amortizado por la tecnología.

 

¿Qué podemos hacer?

Dentro del actual marco económico, laboral y tecnológico no es posible predecir qué profesiones serán empleables en el futuro, o qué tipo de capacidades serán las más demandadas. Por ello, el informe señala un requisito básico para poder conseguir una carrera profesional sostenible: la habilidad de aprendizaje durante el tiempo que dure nuestro recorrido profesional.

 

Nos acercamos cada vez más a un nuevo mercado de trabajo escaso, hibrido y en constante evolución en el que coparticiparán humanos y robots. En él cada uno deberá asumir un rol en el mapa de actores e interiorizar su propia responsabilidad en el proceso de adaptación profesional, actuando de manera proactiva. Esto supone uno de los mayores cambios de paradigma dentro del mundo del trabajo. Ya no es suficiente con haber realizado estudios universitarios o adquirir experiencia en el ámbito laboral. A partir de ahora habrá que seguir aprendiendo para poder adaptarse a la evolución de las tecnologías. A los planes corporativos para la formación de los empleados y programas de desarrollo profesional las empresas habrán de añadir la implementación de metodologías ágiles que viabilicen el despliegue de modelos de negocios adaptados a este nuevo entorno. Pero también serán mucho mayores las capacidades que demanden porque comenzarán a considerar una responsabilidad compartida la capacitación profesional de sus empleados. Por tanto, todos los trabajadores deberán asumir un rol proactivo en su actualización profesional y formarse de manera continua paralelamente a los programas promovidos desde la compañía. Las instituciones educativas ya están asumiendo el rol de proveedoras estratégicas para desplegar este cambio de modelo con el desarrollo de programas formativos más cortos y especializados, y con una mayor aplicación práctica en el mundo empresarial.

 

Por su lado, los organismos gubernamentales tendrán que comenzar a estudiar como establecer mecanismos legislativos que moderen el impacto de la tecnología en la destrucción de empleo, consiguiendo equilibrar la aplicación de los imparables desarrollos tecnológicos en el mundo empresarial con la protección de la ciudadanía. Los Estados son responsables de crear políticas que ayuden a desarrollar modelos de empleo sostenibles y también de apoyar a las organizaciones en este proceso de cambio. Además, deberán poner en marcha campañas de concienciación para que toda la ciudadanía asuma su responsabilidad a la hora de adquirir capacidades.

 

Estos cuatro actores involucrados en la transición (organizaciones, personas, instituciones educativas y Estado) ya están alineados en este reto que permitirá viabilizar la correcta transición de las personas al futuro mercado de trabajo.

Fuente Original: Aquí

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