La jubilación parcial: claves para un buen relevo en la organización

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La jubilación parcial permite al profesional que ha cumplido la edad mínima, 61 años, y los años de cotización fijados por la normativa reducir su jornada entre un 67 y un 80 % pudiendo empezar a cobrar su pensión de jubilación y manteniendo los ingresos de la empresa. Desde el momento en que un profesional se acoge a este tipo de jubilación, puede optar por trabajar unos meses al año hasta la edad de jubilación “normal” o juntar estos meses y trabajarlos de forma continuada para después desvincularse ya casi totalmente, asimilando su situación a una jubilación anticipada, pero sin sus penalizaciones económicas. Está reservado para aquellos puestos que desde Prevención de Riesgos han sido evaluados por la atención y el esfuerzo que requieren, por lo que no todos pueden acogerse a ella, o quieren.

 

En este sentido, Emily Rebecca Cornwall, Corporate HR manager de Grupo Celsa, explicó que, aunque este tipo de jubilación debería ser visto como una oportunidad de poder disfrutar del tiempo libre en un momento en el que el profesional aún está en buenas condiciones físicas, existen ciertas reticencias a la hora de acceder a ella, ya que no muchos desean desvincularse de la organización en la que han trabajado buena parte de su carrera laboral, llegando incluso algunos a no desear jubilarse cuando llega el momento, aunque reconoció que la situación de pandemia que hemos vivido ha dado un impulso a estas jubilaciones. En el caso de Celsa, con una media de edad de alrededor de 44 años y una rotación del 5 %, es un proceso que se produce más en fábrica que en oficinas y que da la oportunidad al profesional de transmitir su conocimiento y convertirse en mentor de la persona que va a sustituirle.

 

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Fuente Original: Aquí

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