La gestión de las personas es un elemento primordial y diferencial que debe tenerse en cuenta a la hora de preparar una estrategia cuando se empieza a trabajar en un proyecto empresarial, y también cuando este ya se encuentra consolidado. Del mismo modo en que se reparten tareas y recursos en base a las habilidades y a los escenarios disponibles, también se debe poner atención en la gestión de las personas según su trabajo o comportamiento.
Siguiendo esta línea, son los diferentes estilos de liderazgo en empresas los que permiten adoptar la estrategia a poner en marcha, según el tipo de equipo del que se disponga. Establecer el estilo de liderazgo correcto contribuirá a la optimización de procesos de Recursos Humanos, y, sobre todo, a la mejora del desempeño del equipo, si lo estudiamos con antelación.
¿Cómo acertar en la elección del tipo de liderazgo de una empresa?
Factorial, el software barcelonés que automatiza la gestión de RR.HH. en pequeñas, medianas y grandes empresas, presenta los distintos estilos de liderazgo que se deben tener en el radar, con el objetivo de tomar la decisión más acertada y beneficiosa para cada compañía:
- Líder autoritario: Los líderes tienen un dominio claro sobre sus trabajadores. En estas estrategias, el líder tiene una visión general de la situación de la empresa, por lo que centraliza la toma de decisiones. Tiene una imagen centrada en conseguir beneficios y objetivos.
- Líder burocrático: Se establecen reglas y procedimientos. Los procesos de trabajo están definidos y las decisiones se basan en pautas claras que los empleados deben seguir. Este liderazgo defiende que, para conseguir los objetivos marcados, se deben realizar procesos y dinámicas de manera totalmente fiel a las normas y políticas corporativas.
- Líder laissez-faire: Los empleados tienen un rango de acción muy amplio, y se les delegan tareas y responsabilidades. Los miembros del equipo participan en la toma de decisiones sin la aprobación necesaria de un supervisor. Este solo interviene en caso de que sucedan problemas graves y sus comentarios son mínimos.
- Líder carismático: Líderes que cuentan con una habilidad especial y natural a la hora de inspirar y motivar a sus trabajadores, que trabajan de manera independiente. Son modelos a seguir, seguros y elocuentes, que suelen transmitir ideas y visiones de una manera convincente y persuasiva.
- Líder democrático: En este tipo de liderazgo, gerentes y empleados trabajan conjuntamente. De esta manera, los trabajadores participan en el proceso de toma de decisiones, pueden expresar ideas, e incluso críticas. Los líderes, tienen sobre todo la función de motivar a sus empleados.
- Líder visionario: Suele aparecer cuando un proyecto necesita un cambio o una reorientación en sus objetivos, o en la manera de trabajar. Este líder debe tener confianza plena en el equipo y en los encargados del proyecto, ya que puede encontrarse con ideas u opiniones diferentes a las suyas.
- Líder transformacional: Un líder es considerado como “transformacional” cuando la influencia sobre su entorno, es lo suficientemente poderosa como para lograr un impacto en la forma en la que se ejecutan ciertos procesos. Esta influencia es siempre positiva y está ligada a la idea de mejora continua.
Según la clase de equipo y de personal del que se disponga, se escogerá entre los distintos tipos de liderazgo existentes para las empresas, y se aplicará el que más convenga en cada caso. En este sentido, Carolina Collado, Talent Development Manager en Factorial, explica cómo gestionan en Factorial la implementación de este perfil, “no contamos con un estilo de liderazgo en concreto, sino que nuestro estilo de liderazgo va evolucionando y va cambiando a medida en que también la compañía evoluciona, cambia y crece. Nos basamos en un liderazgo de características situacional, en donde entrenamos a nuestros managers para que dependiendo del contexto en que se encuentren tomen ciertas decisiones o usen unas u otras habilidades’’.
Otros de los factores que jugarán un papel clave en la toma de esta decisión, serán el tipo de relación que se establezca con los empleados, la manera de centralizar ciertos procesos, o si se delegan o no muchas tareas.
Es muy importante tener siempre presente este concepto, ya que, influenciar en el comportamiento de una plantilla es intrínseco de la posición del líder, y, por lo tanto, también en el rendimiento de los trabajadores.
La cultura de la empresa, el tipo de empleados, e incluso, los objetivos establecidos, marcarán la diferencia entre unos estilos de liderazgo y otros. Teniendo en cuenta estas condiciones, deberemos escoger y preparar la estrategia de liderazgo.
“Desde nuestra perspectiva, los tipos de liderazgo más necesarios y que generan un mayor impacto en la organización se podrían resumir en tres tipos de orientaciones: Los líderes orientados al rendimiento mantienen a la empresa centrada en los objetivos y el cumplimiento de los plazos. Los líderes orientados a los procesos se aseguran de que la empresa funcione con fluidez y eficacia, buscando siempre formas de automatizar tareas que faciliten la vida de todos. Y, los líderes orientados a las personas mantienen fuerte la cultura de la empresa y se aseguran de que todo el mundo reciba un trato justo” afirma Collado.
Tendencias de liderazgo en las empresas españolas durante los últimos años
Desde el inicio de la pandemia, con una situación que requería una toma de decisiones rápida, se impuso el liderazgo autoritario. Ahora, con una recuperación ya mucho más avanzada, se demanda la presencia de un liderazgo visionario, que sea capaz de guiar a los equipos hacia un objetivo, y, a su vez, prestar atención a las personas.
Actualmente las empresas reclaman a los directivos que tengan orientación hacia las personas, “a lo que se apunta es a tener líderes 360, con habilidades tanto técnicas como habilidades blandas; managers que conozcan la salud de su equipo, generen un vínculo sano donde se mantengan reuniones “one to one” habituales, a través de la cuales pueda conocer cuál es el mejor camino de desarrollo de su equipo, los oriente, escuche y promueva así el mejor rendimiento del equipo que impacte en los objetivos de negocio’’, apunta Collado. Y, bajo este contexto, los estilos más efectivos son el coach y el afiliativo.
Las tendencias en los estilos de liderazgo empresariales en España, en los últimos tiempos, están dejando paso a unos dirigentes más afiliativos, que tienen en cuenta las aportaciones de sus equipos, y que, en algunos casos, pueden incluso convertirse en coaches que ayuden a su desarrollo. En este sentido, Factorial apuesta por perfiles que posean conocimientos especializados en un área específica y al mismo tiempo cuente con las aptitudes óptimas para sobrellevar la gestión y el éxito del equipo, lo que se conoce como “t-shaped skills”.
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