El gran desafío de la jornada laboral de 37,5h

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La posible reducción de 40 a 37,5 horas semanales en la jornada laboral ha generado un gran revuelo entre las empresas contratantes y los profesionales de todo tipo de sectores. Cuestiones como el incremento de costes de personal o la reducción de la productividad parecen ser los temas que más preocupan a las compañías. Por su parte, los empleados se muestran más favorables ya que se trata de una medida que pone el foco en fomentar la flexibilidad y la conciliación, dos aspectos que cada día tienen más peso, especialmente desde la crisis sanitaria. Esta realidad pone sobre la mesa uno de los grandes desafíos de esta nueva modalidad de trabajo: la falta de alineación entre las expectativas de las compañías y las de sus plantillas.

 

Así pues, ahora mismo las empresas consideran que no están capacitadas para incorporar esta medida sin ver su productividad afectada. Por el contrario, los profesionales creen que sería una medida fácil de implementar y que mejoraría notablemente su nivel de bienestar. Estas diferencias en la percepción de lo que supondría la reducción de la jornada son un claro ejemplo de la transformación que está experimentando el mercado laboral, un aspecto que se ha visto especialmente impulsado por la crisis sanitaria. Óscar Cebollero, Director de Perm Recruitment de HAYS en el Norte, Este y Sur de España, reconoce que “la pandemia fue uno de los principales catalizadores para la implementación de políticas flexibles como el teletrabajo y, aunque en primera instancia las empresas se mostraban recelosas ante la modalidad de trabajo en remoto, tras su implementación forzosa durante la crisis sanitaria mejoraron su percepción sobre esta metodología y se adaptaron a los nuevos tiempos con el objetivo de impulsar el bienestar de sus plantillas”. No obstante, parece que la adaptación de las políticas internas de RRHH a la reducción de la jornada plantea algunos puntos más complicados de resolver como, por ejemplo, la consecución de objetivos o la incompatibilidad de horarios en algunos sectores.

 

El horario comercial, un gran hándicap para la reducción de la jornada laboral

Los dirigentes y responsables de RRHH de todas las industrias han sido los primeros en cuestionar cómo afectaría la reducción de la jornada laboral a la operativa real de las compañías. Desde HAYS, principal especialista en soluciones de personal y contratación, apuntan que es importante tener en cuenta que algunos sectores o profesiones lo tendrían más complicado para adaptarse. Cebollero señala que todos aquellos trabajos que se rigen por horarios comerciales tendrían una mayor dificultad para adaptar los horarios de sus empleados. Concretamente, “los profesionales del mundo del retail y, en general, todas las profesiones vinculadas a la atención al cliente lo tendrían más difícil ya que habría que estudiar nuevas fórmulas que no afecten al servicio ofrecido”.

 

Por el contrario, el experto de HAYS apunta que para los los perfiles técnicos y empresariales en general la adaptación sería más sencilla. “Todos aquellos roles que estén orientados a objetivos tendrán más facilidad para adaptar su trabajo a una reducción de jornada”, apunta. En este sentido, es muy importante tener en cuenta que la nueva jornada no se plantea como una reducción que deba influir a la hora de alcanzar los objetivos, sino que es una medida que pretende adaptar la jornada laboral a la actual transformación del mercado laboral donde los empleados son más exigentes y solicitan una mayor conciliación. “La reducción de la jornada laboral es un elemento más de conciliación, no una medida que deba modificar los objetivos o las expectativas que una empresa establece sobre sus empleados” añade Cebollero.

Fuente Original: Aquí

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