Pese a que ciertas empresas temen tanto a la reducción de jornada laboral a las 37,5 horas como al mantenimiento del total de horas extras por la pérdida de productividad que puede suponer en ciertos sectores, la realidad es que se prevé que estas medidas comporten un gran número de ventajas. Según ha podido afirmar Joaquín Pérez Rey recientemente a los medios, cuando se redujo la jornada laboral a 40 horas semanales la productividad aumentó en un 54%, por lo que el impacto de este cambio no tiene por qué suponer cambios graves. Además, “el bienestar de los empleados es clave para su rendimiento, por lo que apostar por esta reducción puede contribuir a que las horas trabajadas, aunque sean menos, acaben siendo más productivas”, explica Marcelo Dos Reis. A esto se suman otros beneficios como la retención del talento o la generación de más puestos de trabajo, especialmente cuando se trata de las horas extras.
En este sentido, cabe destacar que, según datos expuestos por Servimedia, el año pasado las empresas se ahorraron el pago de aproximadamente 60.000 empleos a tiempo completo. Por esta razón, “es imprescindible que los empleados sean conscientes de sus derechos en materia de horas extras. Deben saber que no están obligados a hacerlas y que pueden apoyarse en herramientas de control horario para reclamarlas en casos de impago”, apunta Dos Reis.
Control horario para prevenir el uso de horas extras
Una de las razones por las que el Ministerio de Trabajo pretende reforzar el control horario es la mejora de las condiciones de los trabajadores. Por esta razón, se ha planteado un endurecimiento de las sanciones por incumplimiento a la hora de llevar a cabo un control horario y, además, cada vez más se está fomentando el uso de sistemas digitalizados y más precisos. En este contexto, recientemente, el Ministerio de Trabajo ha alertado de que el registro de jornada hecho a papel y boli ha llegado a su fin, por lo que el control horario “deberá no solamente estar digitalizado, sino también contemplar importantes aspectos como el registro y marcaje de horas extras o la posibilidad de ajustarse con precisión a los permisos parentales y las vacaciones, entre otros recursos”.
Especialmente en un contexto en el que la realización de horas extras y el impago de estas están muy presentes en muchos sectores, “es crucial que los empleados se agarren al control horario como una medida de protección ante posibles abusos y no lo conciban tanto como una forma de estar vigilado”, explica Marcelo Dos Reis. Mediante el uso de esta herramienta, se pueden demostrar con exactitud las horas trabajadas y los tiempos extras, una medida imprescindible para que los trabajadores puedan velar por sus derechos y protegerse ante los intereses de ciertas entidades.
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