La reducción de la jornada laboral, más que una cuestión de tiempo

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El acuerdo establece que la reducción de jornada no afectará a los salarios ni a los derechos adquiridos por las personas trabajadoras. Además, incorpora obligaciones claras para las empresas, como la implementación de jornada digital, fiable y accesible para la inspección de trabajo y los representantes legales de la plantilla.

Otros puntos clave incluyen:

  • Los convenios colectivos vigentes tendrán plazo hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse a la nueva jornada.
  • La reducción de la jornada no supondrá una reducción de las retribuciones de la persona trabajadora ni afectará a los derechos y condiciones que disfrutaba.
  • El registro de jornada diario deberá efectuarse mediante un sistema digital, objetivo y fiable que permita realizar los marcajes personalmente, con un sistema de identificación inequívoco, y que proporcione a la Inspección de Trabajo y a los representantes legales de la plantilla acceso inmediato, tanto presencial como telemático, a los registros.
  • En caso de ausencia de registro o falseamiento de los datos, se considerará una infracción por cada persona trabajadora afectada, con sanciones que pueden llegar a los 10.000 euros.
  • Los contratos a tiempo parcial con una jornada igual o superior a 37,5 horas semanales se convertirán automáticamente en contratos a tiempo completo.
  • Las personas trabajadoras tienen el derecho irrenunciable a la desconexión digital tras la jornada: no atender comunicaciones o peticiones de la empresa fuera de horario no podrá generar consecuencias negativas al empleado/a.

Desafíos y soluciones para la implementación

Tal y como comenta Marcelo Dos Reis, CEO de Grupo SPEC, “reducir la jornada laboral puede parecer un reto complejo para muchos sectores, especialmente aquellos con alta demanda o cobertura constante, como la hostelería, industria o agricultura”. Por ello se recomienda:

  • Redistribución del horario: ajustar las horas semanales según las necesidades del negocio. Por ejemplo, reducir proporcionalmente el horario diario, aumentar y disminuir las horas según la demanda o implantar la jornada reducida ciertos días.
  • Incremento de contrataciones: incorporar nuevos perfiles para cubrir los turnos restantes.
  • Horas extra controladas: una opción temporal para absorber picos de trabajo, siempre que se cumpla lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores.
  • Apuesta por la tecnología: herramientas de control horario, planificación de turnos y gestión de tareas pueden ser aliadas clave.

La reducción de la jornada laboral es más que una cuestión de tiempo, es una oportunidad para optimizar procesos y mejorar la calidad de vida de las plantillas. Soluciones tecnológicas avanzadas pueden garantizar un control horario eficiente y facilitar la adaptación a las nuevas normativas.

Fuente Original: Aquí

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